VERGÜENZA,
VERGÜENZA Y POR PARTIDA DOBLE.
Un partido
horroroso sin dar la sensación de una posible remontada épica. Sin salir a
morder desde el minuto uno, con una presión asfixiante al rival para meter
miedo en el cuerpo.
Al Olympique
de Marsella le bastó con hacer su juego y tras un penalti clarísimo de Lekue,
se puso por delante en el marcador, lo que obligaba al Athletic a marcar 3
goles como mínimo.
Por si eso
fuera poco, dos lesionados en el primer tiempo: Rico y Yerai. Dos cambios
obligados que condicionaron el partido. El Athletic no hizo ningún remate entre
los tres palos hasta la segunda parte, donde el OM marcó un golazo y sentenció
el partido.
Ese segundo
gol propició que parte de la grada rojiblanca se fuera marchando del campo; la remontada
era imposible en ese momento, pero hay que estar en lo bueno y en lo malo.
Pocos
minutos antes del pitido final, una pitada y pañolada fue lo que la afición de
San Mamés ofreció al equipo.
Ahora queda
solo la liga, donde Europa no está entre las posibilidades, queda hacerlo lo
mejor posible y esperar a la siguiente.
Responsables
de todo lo acontecido son todos, pero la mayor responsabilidad recae en el
entrenador, que le venía grande el equipo desde hace mucho tiempo atrás.
VERGÜENZA,
lo de las bengalas dentro de San Mamés. ¿Cómo es posible que hubiera tantas
bengalas dentro del campo?
Ese
incidente puede acarrear una sanción al Athletic, porque no fue una bengala,
fue toda la primera línea de los ultras del OM.
Además, una bengala impacto sobre un niño, es vergonzoso que no
cancelaran el partido y que no sancionaran al OM, pero claro eso no tiene pinta
de que vaya a pasar.
Las dos
agresiones a los guardias de seguridad del campo son una situación muy grave.
No tendrían que haber dejado entrar a los ultras del OM al campo, ni siquiera a
Bilbao.
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